FAMILIAS ADOPTIVAS

FAMILIAS ADOPTIVAS
¿Qué sabemos?
La palabra adopción está en las noticias, series, películas. Quizás somos hijos adoptados o conocemos a alguien que lo sea. Quién más y quién menos tiene una idea de lo que es «ser adoptado». Sin embargo me pregunto ¿ Realmente sabemos en que consiste la adopción? ¿Sabemos que implica para las personas, parejas y/o familias que la transitan?
La adopción no es un acto post-moderno, pese a lo que muchos pueda pensar.Ya en las primeras civilizaciones – en el mismo Imperio Romano- aparece como parte de un juego religioso que permite la continuación de dinastías de poder en aquellas familias carentes de descendencia. De hecho, la adopción ha existido siempre en la forma y uso necesario para cada sociedad, lugar o país y cultura que la sustenta.
Como en todo concepto existen múltiples definiciones de qué es y en qué consiste. Utilicemos una u otra definición, a nivel jurídico se entiende como el acto jurídico que permite crear una relación de filiación entre dos personas, es decir una relación no biológica (o como algunos llaman artificial) de parentesco de primer grado en forma de maternidad o paternidad.
Aquí en España la adopción esta regulada por el Código Civil, Libro I, Título VII “De las relaciones paternofiliales”, Capítulo V “De la adopción y otras formas de protección de menores”, y cuando se creó se hizo ante todo como una medida de protección a la infancia, para proporcionar una familia a niños/as que carecían de ella.
Existen tres tipos diferenciados de adopción en nuestro país:
1- La adopción plena: aquella que le da al adoptado una filiación que sustituye a la de origen, con los mismos derechos y obligaciones que el hijo biológico y con carácter irrevocable. El menor llevará el apellido del adoptante, tendrá derecho a conocer su origen y podrá acceder a su expediente de adopción a partir de los dieciocho años.
2- La adopción simple, dónde no existe substitución plena de los apellidos ni el hijo adoptado ocupa un lugar similar en el orden de sucesión testamentaria con los hijos naturales, si la patria potestad pertenecerá al adoptante. Además esta tipología permite la revocación si ambas partes lo convienen y si el adoptado lo desea una vez sea mayor de edad.
3- La adopción integrativa, que tiene por objetivo reconocer legalmente el núcleo familiar ya consolidado y biológico del niño/a o adolescente y a la vez la pareja o cónyuge de su padre/madre biológico.
Las familias adoptivas son aquellas en las que al menos uno de sus integrantes ha llegado a la familia a través de la adopción plena. Son por tanto una tipología o modalidad familiar -como las monoparentales- y tienen unas características y dificultades específicas.
Por ejemplo, la duración de un proceso de adopción plena varia mucho en función de su tipología nacional o internacional y del los países donde ésta se lleve a cabo. Curiosamente, las adopciones nacionales en España son de hasta 9 años de media. En cambio la adopción internacional en países del este tiene una media de 8 a 20 meses, en países hispanoamericanos de 8 a 30 meses y en Asia, dónde el proceso es más rápido, de 8 a 15 meses.
Así el tiempo que las familias adoptivas invierten en el proceso es muy característico, pero hay muchas otras particularidades de estas familias que la mayoría desconocen. Ser conscientes de ellas puede ayudarnos a entender mejor su complejo caminar.
Veamos algunas características y sus dificultades:
I- Tanto ser hijo adoptado como padres adoptivos implica un grado de complejidad importante, que se suma y se añade a la ya complicada y compleja parentalidad biológica. En las familias adoptivas hay dos historias vitales y familiares ajenas, extrañas, desconocidas, que se unen y pasan a formar una de nueva familia. Unir dichas historias significa unir las experiencias, vivencias, emociones de ambos, pero que en el caso del menor adoptado internacionalmente están directamente relacionadas con su familia de origen, país y cultura de origen que puede dar lugar a diferencias culturales significativas.
II- Los menores adoptados son menores con experiencias vitales muy intensas y a menudo dañinas, que se asientan en las pérdidas, carencias afectivas, abandono, negligencia o abusos que sufren de la mano de sus progenitores biológicos o familiares, instituciones públicas o privadas y cuidadores e incluso de todos ellos a la vez.
III- La familia adoptiva tendrá que incorporar la dolorosa historia de su hijo/a a su propia historia familiar que viene muchas veces también inundada de pérdidas o dolor por ejemplo de problemas de infertilidad, abortos de repetición, frustraciones, desesperanza, reparaciones o divorcios y/o separaciones recientes (muchas parejas con problemas de fertilidad terminan separándose y a veces uno de los miembros de la pareja inicia o sigue adelante con la adopción)
IV- En estos casos donde ambas historias de pérdidas y dolor deban integrarse, se necesita un acompañamiento profesional durante todo el proceso, muchas veces también a modo de prevención y para facilitar la gestión de expectativas y adquisición de recursos necesarios para afrontar la nueva y compleja parentalidad. En caso contrario peligra el crecimiento y/o equilibrio emocional del niño y de la familia.
V- Existen prejuicios sociales y mitos culturales-familiares sobre la pertenencia o no a la familia de aquel que no “es de tu sangre” y sobre la posibilidad de amar a alguien que no ha nacido de uno mismo. Las familia adoptiva debe hacer frente a ellos.
VI- Son familias que muchas veces, sin la posibilidad jurídica de adoptar, no hubieran podido llegar a conformarse como familia, o si más no de ampliarse (si existe un hijo o más biológicos). Es decir, el acto jurídico les otorga la posibilidad de un nuevo rol, el de padre o madre, al igual que al hijo, el de hijo. Es decir, existen por la ley, no por consanguinidad.
VII- Muchas de estas familias también pertenecen a otras de las nuevas modalidades familiares como son las monoparentales (un solo progenitor) o homoparentales (progenitores del mismo sexo) con todo un conjunto de características y dificultades añadidas.
Como veis la adopción no es un camino fácil. Requiere de dosis de paciencia, compromiso y amor así cómo de un acompañamiento profesional en algún momento del proceso.
La terapia familiar resulta muy útil para trabajar las dificultades tanto a modo preventivo como de intervención.
Por otro lado la mediación familiar se ha probado eficaz en la resolución de los conflictos específicos para estas familias como son la búsqueda de los orígenes o el establecimiento de límites en la adolescencia. ¡En otro artículo profundizamos más!