SERVICIOS DE
Psicoterapia Familiar
Todo el mundo tiene una familia. Tengan mayor o menor relación, sea familia biológica o de acogida, hayan fallecido sus miembros o se desconozca a uno los progenitores… todos pertenecemos a una. Y entonces, ¿por qué extraña tanto que exista una terapia basada en la familia? Lo desconocido es raro, eso es. Así que pongamos remedio.
La TFS o Terapia Familiar Sistémica se basa en la idea de que tanto la salud emocional de las personas, como sus habilidades, recursos comunicativos y resolutivos, y su capacidad de sobreponerse a las adversidades vienen muy determinados por la familia a la que uno pertenece y la historia vital de esta. La familia es el primer ámbito de socialización del niño y es el primer contexto o sistema donde el niño aprende a vincularse. Está demostrado que los primeros años de vida son los más importantes en la construcción del vínculo, la identidad y el autoestima.

Al no existir manuales para relacionarse en família ni de cómo educar a los hijos las cosas salen como pueden —bueno, hoy en día hay miles de webs y un montón de libros, pero instrucciones claras y específicas, ¡pocas! ¿Cómo crees que te quedarían los muebles de Ikea si no vinieran con instrucciones? Además, los tipos de familia han aumentado estos últimos años: que si monoparentales, que si reconstituidas, que si de acogida… muy complejo todo, ¿verdad?
Con tanta evolución, variedad y conocimiento, llega un entendimiento más profundo de los procesos relacionales, y se desarrollaran estrategias más elaboradas y específicas de intervención. Por ejemplo, me viene a la cabeza el tema de los divorcios; hoy en día no nos extraña oír que una pareja decide dar el paso, pero ¿hace 40 años…? Pues mira, son 40 años que nos han permitido ver las consecuencias que tienen, y sobre todo, son una oportunidad para ofrecer acciones preventivas, de reparación y de resolución a este tipo de conflictos. ¿A que no es tan raro que en la actualidad las familias recurran a terapia familiar en casos de divorcio? ¡Algo de bueno tendrá!
¿Y qué pasa con las familias reconstituidas? Pues lo que pasaba con el divorcio antaño, que cada vez es más común y probablemente en unos años veamos un gran aumento de familias de este tipo que acuden a terapia. ¿Y eso por qué? Porque son familias que nacen de una nueva pareja donde uno o ambos tienen hijos de parejas anteriores. Como cada familia tiene sus normas, su manera de ver de hacer y sus propios valores, cuando los padres se separan esto no se pierde: si el padre o madre se junta con otro/a, cada uno tendrá sus normas, hacer o valores, igual que los hijos, si los hay. Entonces aparecen los conflictos y las dificultades… ¿Qué normas son las válidas? ¿Quién tienen que adaptarse? ¿Se puede educar y/o poner limites a los hijos del otro? Por suerte, la terapia familiar intenta dar soluciones a retos tan complejos y a muchos otros.
El trabajo en sesión se hace con la presencia de aquellos miembros relevantes para la situación, con la previa evaluación del terapeuta o terapeutas (es muy común que en TF se trabaje en equipo) y con el deseo de participación de sus miembros. Durante la sesión se trabaja vía el diálogo y el uso de técnicas específicas; a posterior también se prescriben tareas y/o ejercicios a realizar —muy útiles para seguir avanzando y generando los cambios deseados.
Como ocurre con la terapia de pareja, la TF está contraindicada en casos de violencia o abuso — es el único caso de en que está contraindicada.
¿Qué situaciones se pueden trabajar en Terapia Familiar?
- Dificultades comunicativas y/o relacionales de cualquier tipo.
- Procesos de separación y divorcio.
- Familias de acogida y familias adoptivas.
- Familias monoparentales (un solo progenitor).
- Familias reconstituidas (nueva pareja con hijos de relaciones previas).
- Cambios vitales estresantes: embarazo, duelo, nido vacío, jubilación, etc.
- Violencia filio-parental (de hijos a padres).
- Procesos de individualización: hijos adolescentes.
- Familias con miembros diagnosticados de enfermedad mental.
- Familias con miembros en situación de bullying.
- Familias con miembros consumidores de substancias.
- Familias con miembros que abusan de las tecnologías y/o del juego Conflictos en la empresa familiar.